La feminización de la política:
La marea verde.
por Adriana Spila
La lucha política por la sanción de la ley Interrupción Voluntaria del Embarazo (I.V.E.), se trata
de un logro de las organizaciones de mujeres y feministas que con toda la diversidad, llevamos adelante estrategias de trabajo colectivo tanto en el parlamento nacional, como en las calles.
“Después de muchos años, ha sido un gran logro, superar la ‘grieta’ con los sectores conservadores de la iglesia y de la política”.
Vestido de verde
Más de 20 horas duró la discusión del proyecto en el parlamento nacional, nos movilizamos un millón de personas. Lógicamente este fue un factor determinante a la hora de la votación que terminó imponiéndose por 129 votos a favor y 125 en contra.
Durante dos días intensos, el 13 y el 14 de junio del 2020, el país estuvo colmado por una “marea verde” que identifica la campaña de las organizaciones que promovimos el proyecto de ley. El Congreso de la Nación en la Ciudad de Buenos Aires fue el epicentro, aunque en la provincias también estuvo nuestra presencia como mujeres militantes, diversidades sexuales, diferentes organizaciones sindicales y de trabajadores, que seguíamos con fuerza el gran debate. Hubo movilizaciones de Argentin@s en todo mundo y por supuesto el movimiento feminista mundial siguió y acompañó con gran expectativa la decisión final. Fue una verdadera fiesta.
Antecedente
Toda la energía y la fuerza del movimiento de mujeres, feministas y diversidades que desde la apertura democrática (en 1983) venimos trabajando en la búsqueda de igualdad de
oportunidades, expresados en diferentes organizaciones como La Campaña Nacional por el
Derecho al Aborto, Legal seguro y Gratuito, el movimiento Ni Una Menos, ongs, redes y treinta y tres años consecutivos de Encuentros Nacionales de Mujeres, más los paros nacionales del 8M, potenciaron la necesidad de modificar la situación de las prácticas clandestinas del aborto y como consecuencia la muerte de mujeres para defender la vida, la salud y el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Bajo la consigna “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”, las jornadas de vigilia, la organización autogestionada de las mujeres y feministas de diferentes espacios (sindicales, territoriales, estudiantiles, LGBTI, científicas, periodistas, partidos políticos, etc.) sostuvimos diferentes actividades artísticas durante el camino hacia la legalización y despenalización del aborto.
Cabe destacar que esta batalla no fue sencilla y tuvo su contraparte fuerte oposición expresado en la organización antiaborto llamada “Salvemos las dos vidas” que representa los sectores más reaccionarios de la derecha y la iglesia Argentina.
El continente verde
Lo sucedido en Argentina estimula a otros países de la región, donde se espera que la lucha por la interrupción voluntaria del embarazo tome fuerza y se imponga en las agendas parlamentarias de los continentes con un llamado de atención desde mujeres de todas las generaciones sobre reclamos que han sido históricamente ignorados y que pueden cambiar las reglas del juego con la aprobación de la ley.
Estamos en el siglo XXI, sin embargo, existe una realidad que aún oprime a miles de mujeres y disidencias en todo el mundo en las múltiples formas de violencias. Estamos convencidas que este y otros cambios son posibles si juntas actuamos con estrategias claras que conviertan nuestras demandas en políticas públicas de Estado. Eso demostró en Argentina el logro de la Ley I.V.E. que expresa en su Artículo 1: Interrupción voluntaria del embarazo, “En ejercicio de sus derechos humanos, toda mujer u otras identidades con capacidad de gestar tienen derecho a decidir voluntariamente y acceder a la interrupción de su embarazo hasta las catorce (14) semanas, inclusive, del proceso gestacional”.
La política como método de transformación de la realidad, es un indicador de que podríamos estar frente a un proceso que llegó para quedarse cambiar la realidad, de todas, todos y todes y feminizar la política.